Honrando el femenino y masculino que somos, desde la receptividad y la intención, desarrollando una escucha activa del corazón, un direccionar compasivo de la energía, integraremos todo lo que somos abriendo espacio al nosotros.

En la búsqueda de la potencia amorosa, practicaremos el estar, el no hacer voluntarioso. Intentaremos soltar por un rato la ilusión de control mental, la ilusión de separatividad de la vida, de la fuente, del mundo invisible que nos guía.

Luego de invocar al espíritu del cacao y tomar su deliciosa medicina, profundizaremos en una practica meditativa con el foco puesto en sintonizar. Con el corazón y con el cielo.

Lanzaremos la flecha de la intención personal y con humildad habilitaremos la receptividad, abiertos a todo lo que esté pidiendo ser escuchado por nuestro mundo interno, a toda la asistencia personal y colectiva que se manifieste en el espacio sagrado que entre todos sostendremos.

Sintiendo la medicina de la tierra abrir lugares nuevos, recibiremos un baño vibracional  y sonoro de variados instrumentos que nos llevaran de viaje más alla de la conciencia egoica.

Es un viaje para la conciencia, una limpieza energética para todos los cuerpos y una caricia para el corazón.

𝗖𝗼𝗺𝗽𝗮𝗿𝘁𝗲: 𝗘𝘇𝗲𝗾𝘂𝗶𝗲𝗹 𝗡𝗶𝗲𝘁𝗼

IG @ezequiel__nieto